WASHINGTON, D.C. — Tras una década de flujos migratorios sin precedentes, América Latina se encuentra en un momento crucial que invita reflexionar sobre lo que ha funcionado hasta la fecha y dónde se necesitara innovar políticas de nueva generación. La llegada de millones de migrantes y refugiados, en particular venezolanos, ha tenido implicaciones clave para los mercados laborales y los servicios públicos en toda la región, mientras que los gobiernos han demostrado una solidaridad notable a través de programas innovadores de regularización y protección temporal.